martes, 29 de mayo de 2018

CONTAMINACIÓN FOTOCROMÁTICA.


CONTAMINACIÓN FOTOCROMÁTICA. 

Quizás usted habrá pensado, al leer este apartado: "Bueno... la contaminación de los alimentos, del agua, del aire, es muy importante; pero ¿qué importancia puede tener el color?"... Es que necesitamos del color como necesitamos del alimento, del agua y del aire, ya que el color afecta la tensión muscular; una persona que use lentes con cristales de color verde oscuro pierde hasta el 12 por ciento de su tensión muscular, y hasta un 8 por ciento cuando el cristal es marrón; también afecta la actividad de las ondas cerebrales, el ritmo cardíaco, la respiración y otras funciones del sistema nervioso autónomo. Hoy. la ciencia ha puesto en claro que la luz influya en nuestro organismo en el plano físico y emocional: por eso decimos que hay colores cálidos y fríos, agradables o desagradables. tranquilos o agresivos, alegres o tristes, tonificantes y sedantes.



"Si bien los órganos especializados para la captación de la luz son los ojos, toda la superficie corporal absorbe y procesa la energía luminosa. Pruebas de laboratorio realizadas por Philips y Mazda comprobaron, en individuos que tenían los ojos vendados, aumentos y des censos en la temperatura corporal en respuesta a iluminaciones cálidas (roja, naranja v amarilla) y frías (verde, azul y violeta) respectivamente.

Las yemas de los dedos poseen una sensibilidad especial para captar los colores: el violeta es percibido como inhibidor del desplazamiento, el azul es frenante, el verde es neutro, el amarillo es resbaladizo y el rojo es pegajoso.

Este efecto no visual de los colores debe ser tenido muy en cuenta en la elección de la ropa interior, puesto que a la cercanía de esta con el cuerpo, se suma la prolongada permanencia. También es importante pintar de colores neutros o sedantes los dormitorios, ya que los efectos de dichos colores continúan en la oscuridad".

Como vemos, los colores tienen una gran importancia para nuestra vida y deberíamos tenerlos más en cuenta al elegir nuestro vestuario y al pintar nuestros hábitats, de modo que resulten equilibradores. Generalmente, son equilibradoras las combinaciones de colores que presenta la naturaleza. Cuando instauramos un desequilibrio, obligamos a nuestro cerebro a realizar un trabajo extra, ya que al recibir señales desequilibradas en relación con algún color, crea internamente el color complementario, para restablecer el equilibrio y evitar el estrés. Este comportamiento debe ser tenido muy en cuenta al definir los colores de los espacios, para que el diseño resulte cromáticamente equilibrado y le evite al cerebro la tarea neutralizadora.

Para comprobar esta acción cerebral, se puede realizar una experiencia muy sencilla. Recorte un círculo de cartulina de color rojo, de 10 cm de diámetro. Coloque el círculo rojo sobre una hoja de papel blanco y mire fijamente la figura durante un par de minutos.

A continuación, cierre los ojos y continuará viendo el círculo pero de color cyan o verde, según el tono del círculo original. Esta visión de color complementario es la equilibradora.
El cuerpo también cambia el color de la piel, en función de los colores que necesita para facilitar su equilibrio energético. Según el diagnóstico oriental, a cada color de piel, corresponde una afección:

— Piel AMARILLENTA: problemas de hígado y vesícula biliar.
— Piel ROJIZA: delata un corazón sobrecargado, que expande los vasos que aparecen en la superficie
— Piel VERDOSA: cáncer de pulmón e intestino.
— Piel ENNEGRECIDA: problemas de riñón y si es grisácea, hígado inflamado.

Para equilibrar diversos problemas, la medicina oriental aconseja el empleo de los paños coloreados del FENG SHUI: consiste en colocar en el centro de la cama, entre el colchón y la sábana inferior, un cuadrado de tela natural de aproximadamente 70 cm de lado, de color variable, en función del problema que se quiera tratar:
 + ROJO: Confusión, indiferencia, desapasionamiento. Insensibilidad táctil. Hipotensión arterial y anemia. 
+ AMARILLO: Desconfianza, duda e hiperactividad. Problemas de estómago, bazo
y páncreas. Insensibilidad gustativa. Delgadez. 
+ BLANCO: Depresión, preocupación, pena y estrés. Insensibilidad olfativa.
Problemas de pulmones, intestino grueso y piel. 
+ MARRÓN: Miedo, timidez y pereza. Insensibilidad auditiva. Problemas de ríñones, vejiga, huesos y cabellos. 
+ VERDE y AZUL: Impaciencia, ira. Problemas visuales. Problemas de hígado, vesícula,
músculos y uñas. Obesidad. 
+ VIOLETA: "Insomnio. Problemas del sistema nervioso.

* CONTAMINACIÓN VISUAL
Mientras escribo esto, me estoy enterando de que, una instancia judicial, confiere amplios poderes al Gobierno Autónomo de la Ciudad de Buenos Aires para actuar en contra de la contaminación visual.
¿En qué consiste esta? En la proliferación desmedida de material gráfico en forma de afiches, carteles, anuncios, propagandas, dibujos, etc.
Según el mismo noticiero, el lugar donde vivo (Ruta 2 de la Prov. de Bs. As.) también está altamente contaminado. Miro por la ventana y lo que veo son inmensos carteles de todo tipo y color, desde el borde de la vereda hasta la línea de edificación. En la esquina, una pinturería po-see carteles que superan en mucho la altura de la terraza.
Generalmente se dice que la contaminación visual es mala porque afecta la atención de los conductores de vehículos, lo que provoca accidentes. Piense usted qué puede suceder, a 100 Km por hora, si en el momento en que un conductor gira la cabeza para leer un cartel atrayente, el de adelante disminuye sensiblemente la velocidad... el que mira el cartel, se lo traga.

Pero la contaminación visual no afecta sólo a los automovilistas, sino a todos, modificando seriamente nuestro equilibrio. Porque la contaminación visual es material que procesa preponderantemente el hemisferio cerebral izquierdo asociado con la producción de adrenalina y la alerta permanente de todos los sistemas de vigilia. Esta es una de las razones por las cuales el neurótico e insomne hombre de Buenos Aires, no disfruta de paz. Su pacifico hemisferio cerebral derecho no se conecta durante horas, porque no tiene material para procesar. El armónico mundo "natural" que tanto gusta contemplar el hemisferio cerebral derecho, no existe en las grandes ciudades. Ha sido totalmente modificado por la contaminación visual.

CONCLUSIÓN DE LA TERCERA PARTE Queremos cerrar esta Tercera Parte, llamando la atención del lector, sobre la capacidad de "deterioro" que exhiben estas radiaciones y que producen tumores en árboles, animales y personas; estropean rutas y edificios y reducen la capacidad psicofísica de las personas.

Sin embargo, debemos colocar en un sitio de privilegio ante estas radiaciones, al SER HUMANO que reacciona en forma individual ante estos fenómenos y posee un sistema particular de defensa e inmunidad, situación que también comparte con plantas y animales. Con esto queremos decir que no todos los organismos vivientes reaccionan igual y son afectados de la misma manera por tales zonas geopáticas.

Además, a las personas es preciso sumarles la compleja estructura psicológica que, en cada caso, ofrece una especial resistencia —en mayor o menor grado— a estas influencias.

Tengo una anécdota muy sugestiva al respecto. El 25 de mayo de 1998 dicté una conferencia sobre estos temas en Montevideo, Uru-guay. Situé a una señora sobre un cruce de líneas Hartmann y medí la energía de su chakra cardíaco con el aurámetro. Era muy poca. Como me dijo que creía en serio en Dios, le sugerí que cerrara los ojos y pensara que Dios la amaba y que imaginase que su amor descendía sobre ella en forma de luz blanca azulada. Así lo hizo. Su energía aumentó muchísimo y además anuló con ella ese cruce y los siguientes que estaban sobre la misma línea. Pero hubo algo que me llamó mucho la atención: también anuló un cruce lateral conectado a la linea principal, que yo había seleccionado para repetir la experiencia en ese sector, ante un público numeroso que colmaba un cine de 900 butacas.

Con esta anécdota quiero significar que los recursos físicos, psíquicos y espirituales de las personas, cuando se los vive positivamente, son más de los que suponemos. Por lo tanto, no debemos temer ni caer en pánico: a pesar de tales influencias, el 90 por ciento de las personas vivimos saludables.

Estas páginas han sido escritas sólo para aquellas situaciones en las que una persona enferma recurre a numerosos médicos y nadie puede dar en la tecla sobre la causa de su enfermedad: en ese caso. sería importante consultar a un domoterapeuta o radiestesista experimentado. Es útil también para aquellas situaciones en que se da una "historia de afecciones": el abuelo contrajo cáncer, el hijo también lo contrajo y el nieto también lo tiene y todos siguen viviendo en la misma casa y a veces ocupando el mismo lecho, en la misma habitación.
Muchas personas que durante largo tiempo disfrutaron de buena salud y la pierden al cambiar de casa o de sitio de trabajo, conviene que consulten su caso.

EL BIOTENSOR, AURAMETER O AÜRÁMETRO

EL BIOTENSOR, AURAMETER O AÜRÁMETRO

Consiste en una varilla metálica muy elástica —puede tener forma de resorte— con un mango en un extremo y un contrapeso en el otro. Los contrapesos suelen ser esféricos, cilíndricos o cónicos.

Es un instrumento muy versátil, combina las posibilidades funcionales de la varilla y del péndulo.

Sin perjuicio de que darle nombres que lo relacionen sólo con el aura o con la biología, limitaría sus funciones, como sucede con todos los instrumentos radiestésicos, es de uso general. El Arq. López Quiroga sugiere llamarlo varilla "I" o "varilla oscilorrotante".

Teniendo en cuenta esta gran versatilidad, basta con que se recurra a una buena convención mental para emplearlo en el examen e investigación de funciones vitales y estados energéticos. Reacciona generando movimientos oscilatorios y giratorios.

* Se puede utilizar, entre otras cosas para:
— Localizar los procesos bioenergéticos en el organismo humano.
— Comprobar la compatibilidad de una sustancia.
— Determinar la ionización del aire en el ambiente.
— Reconocer sustancias radiactivas.
— Reconocer alimentos con residuos químicos tóxicos.
— Descubrir las causas de lugares insanos en la vivienda o sitio de trabajo.
— Descubrir la existencia de aguas subterráneas, metales, minerales, etc.
— Determinar con precisión la ubicación de las redes de Hartmann y de Curry.
— Determinar compatibilidades e incompatibilidades entre los diversos elementos de la naturaleza.