El
biomagnetismo médico es un sistema terapéutico en el que se utilizan imanes
para combatir parásitos, bacterias, hongos, virus y otros gérmenes que son la
causa de diversas enfermedades.
Los imanes
se aplican en diversas zonas del cuerpo, como si se tratara de un rastreo o
escaneo. Una vez reconocidos los órganos y tejidos que sufren una distorsión,
el terapeuta aplica un conjunto de imanes en esos puntos durante 10 a 15
minutos a cada persona.
El
biomagnetismo médico corrige la alteración iónica y recupera el equilibrio
perdido del cuerpo. Entre sus beneficios, destacan
1. Es
compatible con cualquier otra forma de terapia alternativa y también puede
utilizarse simultáneamente con tratamientos alopáticos tradicionales.
2. Este
sistema pretende detectar las distorsiones del pH del organismo para saber las
patologías. El pH del organismo está diseñado para gravitar en un sistema casi
neutro y los campos magnéticos de mediana intensidad permiten detectar dónde se
está distorsionando el pH.
3.
Teóricamente el biomagnetismo ejerce un efecto de corrección sobre todas las
distorsiones energéticas que se alberguen en un organismo enfermo, cualquiera
que sea su origen.
4. En la
práctica, esta terapia demuestra que aplicando imanes de determinada fuerza y
polaridad en puntos específicos del cuerpo, se consigue exterminar en tiempo
breve, virus, bacterias, hongos o parásitos, que son causa de la mayoría de las
enfermedades graves del hombre.
5. Ante el
hecho de que ningún enfermo es igual a otro, el éxito de la terapia
biomagnética depende de diferentes factores, tales como: la edad, estado
nutricional, carga tóxica, tiempo de evolución de la enfermedad, remedios
recibidos previamente, lesiones que ya están instauradas en su cuerpo, entre
otras.
6. Como
energizante, este tipo de terapia descubrió que el polo positivo (+) activa,
impulsa y fortalece los procesos biológicos del organismo, es dinamizador,
vitalizante y proporciona energía. Por lo tanto, está especialmente indicado en
casos de debilidades y desgarros musculares, fracturas de huesos y ligamentos,
esguinces, rehabilitación, cicatrización de heridas, entre otros.
7. El polo
negativo (-) del imán es analgésico, antinflamatorio, relajante y detiene los
procesos nocivos para el organismo y, está principalmente indicado para calmar
o suprimir el dolor.
8. Desde la
primera o segunda sesión el enfermo ya comienza a notar cambios positivos en su
salud. En promedio para casos crónicos pueden requerirse 4 o 5 tratamientos,
pero el número real lo determinará el mismo paciente y sus patologías.
Los
beneficios de este tipo de terapias son cada vez menos discutidos y poco a poco
se han ido complementando con tratamientos tradicionales para combatir
enfermedades tan complicadas como el cáncer.
Por: Laura
Martínez Última actualización: 24-01-2012
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