HIPNOSIS REGRESIVA
VIDAS PASADAS: UNA MIRADA A LA SABIDURIA INTERIOR
Mucho se ha
conjeturado sobre el estudio de la reencarnación, mezclando en el camino
elementos tan diversos como religión y variadas técnicas, entre las que destaca
la regresión hipnótica. ¿Herramienta psicológica eficiente, alegoría metafórica
del subconsciente o sabiduría interior del espíritu más allá del cuerpo, el
espacio y el tiempo?
El ser humano posee pocas certezas, tal vez una sola: que nace, crece y
luego muere. La gran incógnita de qué sucede con el alma tras el deceso de la
carne ha dado pie desde tiempos inmemoriales al concepto de la reencarnación,
esto es, volver a vivir otra vida, en otro cuerpo, después de la experiencia de
la muerte.
Las religiones han abordado este enigma desde muchas aristas; mientras
la fe católica rechaza esta posibilidad, el budismo se basa esencialmente en
ella. Se han realizado muchas investigaciones, algunas más rigurosas que otras,
para desentrañar tamaño misterio, ya sea desde la ciencia más dura hasta los
caminos espirituales más sensibles.
Desde la ciencia
El primer ejercicio científico de regresión hipnótica hacia vidas
pasadas data de 1890; el coronel Albert de Rochas usó el concepto de
“magnetismo animal” acuñado por Franz Mesmer en el siglo XVIII para conseguir
que un grupo de sus pacientes se trasladara a otros tiempos.
Ya entrado el siglo XX, el Dr. Alexander Cannon estudió a casi 1.400
pacientes en calidad de voluntarios, haciendo intentos rigurosos por descartar
la teoría de la reencarnación. Sin embargo, sus escritos publicados indican
que, dada la similitud cuantitativa y cualitativa de los casos analizados,
sucumbió a la posibilidad de la existencia de vidas antes de esta vida. Su
estudio y trabajo dio el inicio a lo que hoy se conoce como terapia de vidas
pasadas.
Hacia 1960, Thorwald Defletsen siguió esta línea de trabajo y presenció
una docena de casos en los cuales las personas tratadas no sólo asumían
conciencia sobre sus vidas pasadas, sino que llegaban a curarse de males
físicos de su presente, como el caso de un hombre que se curó de su cojera
crónica, tras haber revivido la experiencia de haber sido herido en una vida
anterior en la que fue soldado en una guerra napoleónica y herido gravemente en
la extremidad afectada en la actualidad.
En su rigurosidad científica, Defletsen indica que los datos histórico
temporales entregados por sus pacientes no pudieron ser corroborados, aunque da
fe de las propiedades terapéuticas claramente beneficiosas que el tratamiento
obró en quienes lo recibieron.
Hacia 1973, el Dr. Joel Whitton dirigió un trabajo en la Sociedad de
Investigación Psicológica de Toronto vinculada a este tópico, en base a la
regresión hipnótica a vidas pasadas. Entre sus conclusiones, muy similares a
las de Defletsen, se contempla el cumplimiento de las premisas de la ley de
causa y efecto; sobre la materia, el científico explicó que “los que no creen
dirán que se trata de fantasías. No creer no significa negar, y creer no
significa probar”.
El fenómeno Weiss
La aparición del libro Muchas vidas, muchos sabios (1988) del Jefe del
Departamento de Psiquiatría del Centro Médico Monte Sinaí de Miami, Brian
Weiss, marcó un claro boom de la temática vinculada a la hipnosis regresiva.
Este psicoterapeuta, especializado en el tratamiento y el estudio de
enfermedades como la depresión, los estados ansiosos, el abuso de drogas y los
trastornos del sueño, revela que en el camino de las hipnosis comenzó a recibir
mensajes de seres de luz o Maestros de Sabiduría, invitándolo a meditar y a
tomar conciencia de diversos elementos sobre su vida.
Este cúmulo de vivencias cambió la vida del profesional, de acuerdo a lo
que él mismo relata: “Me he vuelto más intuitivo
con mis pacientes, me siento más responsable de mis acciones. Ahora vivo entre
dos mundos: el mundo fenoménico de los cinco sentidos, representado por el
cuerpo y las necesidades físicas, y el mundo mayor de los planos suprafísicos
representados por el alma y el espíritu. Sé que los mundos están vinculados y
todo es energía”.
América latina
Estas innovadoras técnicas encontraron cauce también en Latinoamérica.
En Argentina, el médico José Luis Cabouli comenzó tempranamente la lectura de
textos vinculados a la teosofía y otras vertientes espirituales, y supo sobre
la terapia de vidas pasadas en un seminario de regresión realizado por la dra.
María Julia Prieto Peres en Brasil, con la que inició su entrenamiento en la
técnica de regresión.
En Chile, hay muchos especialistas interesados en esto; por ejemplo, la
prestigiosa doctora Viviana Zenteno consultó en 1997 en calidad de paciente al
doctor Ronald Schultz, con quien comenzó a explorar sus vidas pasadas, y
recibió señales que le mostraron el camino a seguir; de este modo, se contactó
con Cabouli, especializándose en la materia.
La praxis
Rafael Illanes supo desde pequeño que quería ser periodista, básicamente
porque sintió un temprano llamado a investigar. Se desempeñó por más de 20 años
en diversos medios de comunicación nacional, destacándose como profesional en
radio Cooperativa, Canal 13, La Red y Mega, entre otros.
Su búsqueda espiritual comenzó, como en la mayoría de los casos también,
de manera paralela y tempranamente, leyendo con avidez sobre diversos temas
vinculados al autoconocimiento y la búsqueda interior. Estudió hipnosis y
programación neurolingüística, interesado en temas de desarrollo humano, y en
forma paulatina lo comenzó a canalizar hasta hacerlo parte integral de su vida.
En la actualidad, comparte su tiempo entre el ejercicio liberal de la profesión
y la terapia hipnótica, en especial en materia regresiva. De acuerdo a Illanes, “Hay cada vez más gente que está buscando este tipo de
experiencias”.
Este viaje lleva a la persona a un instante que es necesario revisar,
pues para su hoy y ahora es importante, ya que ayudará a solucionar algún
aspecto de su vida actual
¿Por qué te buscan, específicamente?
- Hay que distinguir dos situaciones: por un lado, existe gente que está
en un proceso de búsqueda, no sé si llamarle viaje espiritual, autoconocimiento
o evolución, pero que no han tenido respuesta a interrogantes que resultan
trascendentales para ellas.
Tal vez esto está en sintonía con lo que ocurre en nuestros tiempos, en
que existe una mayor cantidad de gente con una creciente preocupación por las
prácticas espirituales: hoy, hay más gente meditando, preocupada por el planeta
y por la ecología… Creo que el nivel de conciencia afortunadamente está
cambiando, tal vez no al ritmo que queríamos, pero se está avanzando.
En este camino entonces, siento que cada vez más personas están buscando
respuestas personales y no se conforman con paquetes ya hechos.
En segundo lugar, están las personas que enfocan este camino desde el
punto de vista terapéutico, como es el caso de quienes están con grandes
depresiones o procesos angustiosos y no consiguen explicar el origen de estos
densos estados anímicos. Mucha gente vive adecuadamente, con buenas relaciones
interpersonales, sin carencias afectivas ni materiales, y no consiguen
identificar las razones de su carga emocional tan negativa e intensa.
Al menos desde mi experiencia, estos son los dos perfiles de personas
que llegan a buscar respuestas a través de las regresiones.
- ¿Hay garantías de experimentar un
recuerdo de vida pasada mediante una regresión?
- Se produce un fenómeno bien interesante; hay mucha gente que luego de
leer a Brian Weiss quiere experimentar una regresión, así, sin más. La mayoría
llega queriendo saber quién fue en sus vidas pasadas, pero muchas veces en la
experiencia regresiva no se llega a esta instancia, sino que se reviven
experiencias de su vida presente, de su juventud o de su infancia.
En ese sentido, es importante confiar en la sabiduría interior de cada
persona, tanto a nivel consciente como inconsciente, en la sabiduría del alma.
- ¿Es necesaria la hipnosis para recordar
vidas pasadas?
- No es imprescindible estar en estados de trance para recordar vidas
pasadas; hay quienes las recuerdan en estados de sueño o incluso en estados de
vigilia, en que las personas viven y rememoran con un alto nivel de nitidez
ciertas circunstancias, y quedan sumamente sorprendidas.
Hay quienes viven el reencuentro con
seres cercanos que han fallecido anteriormente, o el encuentro con seres de luz
o maestros, como ellos mismos los denominan.
- ¿Cómo es el proceso de la hipnosis
regresiva?
- Yo no practico las regresiones, solo las guío. Es la persona misma la
que vive el proceso de la regresión, yo soy tan solo alguien que acompaña, que
pone el hombro y que está allí para darle orientación y seguridad. Por eso
mismo, luego de conversar con cada paciente, le propongo que vayamos hasta
donde sea necesario ir, hasta donde su alma sepa que es necesario ir para sanar
lo que eventualmente deba ser sanado.
Por lo mismo, trato de usar palabras genéricas, para no inducir de
ninguna forma al error. La respuesta, entonces, está siempre dada por la misma
persona, independiente de si se llega o no a las vidas pasadas mediante el
proceso hipnótico.
- Entonces, es mucho más importante
el por qué del viaje que el viaje mismo…
- Exactamente. Este viaje lleva a la persona indudablemente a un
instante que es necesario revisar, pues para su hoy y ahora es importante, ya
que ayudará a solucionar algún aspecto de su vida actual. Son sus propias
inteligencia y sabiduría interior las que lo llevaron a eso: “Esto es prioritario, hazte cargo de esto hoy. Esto hoy te está
haciendo daño, o esto fundó las experiencias y concepciones limitantes que
tienes hoy en día y no te permite avanzar como sí podrías estarlo haciendo”.
- ¿Ha ocurrido a la inversa?
- Sí. En contrapartida, hay personas que llegan por un tema en
particular, sin la intención de vivir una experiencia regresiva, y sin embargo,
al buscar el origen de lo que se requiere solucionar nos encontramos con una
situación de vidas pasadas, con la evidente sorpresa de quien recibe la
hipnosis, ya que no existía una predisposición previa para tal experiencia, al
menos conscientemente.
La idea es reforzar la sabiduría interior de esa persona, para llegar
hasta donde ella quiera ir.
Fe y regresiones
Rasgos comunes
En su libro Regresiones, el psiquiatra Raymond
Moody enumera 10 características comunes en una experiencia de regresión
hipnótica:
1. Las experiencias suelen ser visuales.
2. Las imágenes se suceden, sin que el sujeto
deba pensar la consecución de las acciones.
3. La persona se identifica con uno de los
personajes de la escena visualizada, pudiendo ser desde dentro del sujeto,
como viendo desde fuera la imagen.
4. Las imágenes resultan familiares.
5. Es posible reflotar las emociones propias del
instante que se está visualizando (hambre, frío, alegría, etcétera)
6. A menudo existe una coherencia vinculante con
la vida presente del sujeto.
7. La mayoría de estas vivencias corresponde a
personas mundanas, no a grandes personajes de la historia de la humanidad.
8. Las imágenes no obedecen necesariamente a un
orden temporal.
9. Mientras más hipnosis se realicen, más
sencillo resulta realizar las siguientes.
10. Tras las hipnosis regresivas, es común que se
noten mejorías en estados emocionales (depresiones), mentales (fobias) e
incluso físicos (dermatitis, asma, etcétera).
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- ¿Cuán fidedigna es, a tu juicio, la
información entregada?
- Es relativo; tampoco se trata de andar reviviendo vidas pasadas porque
sí, pues también podemos ponernos en el caso de que lo que estamos
experimentando no es sino una representación mental metafórica de los problemas
que estás viviendo hoy en día.
Para efectos terapéuticos, eso no importa, no es esencial: si ese
elemento que me está mostrando la persona le sirve para cerrar o concluir
diversos procesos, no voy a cuestionar si efectivamente es una metáfora o es
una vida pasada.
- ¿Cómo confluyen pasado y presente,
entonces?
- Desde lo que me ha tocado vivir, creo que las circunstancias de vida
no son casualidades, y todo finalmente es congruente con la espiritualidad,
pues somos espíritus encarnados.
Cuando la persona revive sus experiencias pasadas, no solo tiene un
correlato con su vida actual, también es importante hacer finalmente una
evaluación con quien ha vivido esta experiencia respecto de qué conclusiones
sacó y cómo esto la está afectando en su vida.
- ¿Qué sucede con el karma?
- De acuerdo a la experiencia que me ha tocado vivenciar, tengo la
convicción de que todos somos uno, que venimos de una fuente y volveremos a
ella, pero debemos experimentar, aunque siempre con la conciencia de que
volveremos a recordar quienes somos en lo más profundo.
Pareciera que elegimos aprender, y por eso encarnamos en cada camino
diferente. Cada acción tiene una consecuencia; personas que han sufrido mucho,
en experiencias regresivas han entendido que habían sido victimarios; entonces,
para evolucionar han debido entender qué se siente al estar al otro lado.
- ¿Y qué pasa con la vida entre
vidas?
- Las vivencias son muy distintas; no toda la gente consigue identificar
este proceso entre una vida y otra; sin embargo, hay ciertos elementos comunes.
No hay una situación de tiempo y espacio, la gente dice que no es fácil
verbalizar lo que está viviendo, todo lo contrario, que experimenta una
sensación de certeza de conceptos que se diluyen al tratar de explicarlos con
palabras.
Hay quienes viven el reencuentro con seres cercanos que han fallecido
anteriormente, o el encuentro con seres de luz o maestros, como ellos mismos
los denominan. Otro común denominador entre las personas que lo han vivido es
un espacio de mucha luz, de mucho amor, con una sensación de plenitud muy
grande, además de sentirse queridos y bienvenidos de manera incondicional.
- ¿Qué sucede con quienes interrumpen
sus vidas por decisión propia?
- No creo que sea conveniente juzgar a quienes, en algún contexto, han
realizado este tipo de actos suicidas; soy muy respetuoso de quienes han vivido
ese tipo de depresiones a niveles superlativos, pero lo que sí puedo avalar,
desde mi experiencia, es que independiente de nuestros errores, siempre vamos a
ser queridos. Tal vez tengamos que pasar por circunstancias diferentes, quizás
la persona olvidó su misión acá, su camino y su proyecto, y tendrá que
terminarlo en otras circunstancias, pero de aquí a terminar condenado por los
siglos de los siglos, no.
El caso
No estilo escribir en primera persona profesionalmente hablando, pero en
esta ocasión es necesario: consciente de lo que ello implicaba, me ofrecí para
vivir una terapia hipnótica, con tranquilidad y confianza. Algunos de mis
cercanos mostraron más nerviosismo que yo: “¿Y si
fuiste una psicópata, o un genocida, o alguien horrorosamente malo? ¿No te da
nervio?” Mi respuesta era bastante lógica: “Bueno, lo
importante es que hoy no lo soy, con eso, ya tengo bastante”.
La sesión duró una hora, y si bien hay muchas cosas que reservaré pues
corresponden a mi vida privada, hay ciertos elementos que sí puedo compartir.
Jamás perdí la conciencia ni nada semejante, sino todo lo contrario; tuve
muchísima claridad de imágenes, temperaturas e incluso de olores.
Sentí mi cuerpo diferente, acorde al contexto y la edad de en quién me
reconocí durante la regresión; asimismo, identifiqué muchos elementos comunes
entre mi vida actual y la realidad de ese anciano gordito, bajo y medio calvo
que dedicó su vida a la escritura y la búsqueda del conocimiento, en medio de
una Europa medieval, al alero de un monarca que lo tomó como asesor durante
casi toda su vida.
La emocionalidad e intimidad conseguida al enfrentar ciertos aspectos de
esa historia calaron sumamente hondo en esta periodista. Les dejo una parte de
la experiencia vivida, en el espacio entre vidas, para sus propias
conclusiones:
“Subo, subo mucho, aunque no es en
realidad hacia arriba pues no hay movimientos de dirección, sino de intención.
Fue un alivio muy grande dejar ese cuerpo. Ahora, es como si entrara
directamente al centro del sol, donde no hace frío ni calor, y no hay arriba ni
abajo. Tampoco hay tiempo, es que no hay nada y todo a la vez: todo está ahí, donde
no hay nada. ¡No hay cómo explicarlo, ni cómo dimensionarlo! Veo con felicidad
el camino recorrido, la vida concluida. Es extraño: tengo la sensación de que
la respuesta siempre estuvo al principio, y que el camino recorrido no era
realmente necesario, pero me causa alegría haberlo recorrido: es como recorrer
un camino por el puro gusto de hacerlo”.
*Eva Débia es periodista.
Extracto Revista Somos.
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