¿Qué es el Reiki?
La
palabra Rei-Ki proviene del japonés y significa "Energía Vital
Universal". El doctor Usui fue el autor de esta denominación que llegó a
tener renombre universal.
Reiki
es la Energía Vital Universal, que nos regaló Dios. No es una secta ni una
religión, ni una filosofía. Todos los seres, sin importar cual sea su
definición de Dios, pueden tener acceso a ella. Es la energía positiva
proveniente del Universo, que nos es regalada, si lo pedimos. En la Biblia
encontramos innumerables indicios de la energía de lo Divino. En la carta de
los Corintios, capítulo 12, Versos 4-11, leemos: "Existen diferentes mercedes, pero solo un único espíritu. Existen
diferentes siervos, pero solo un único señor. Existen diferentes fuerzas que
trabajan, pero solo un único Dios. Él provoca todo en todo. Pero cada uno es
obsequiado con la revelación del Espíritu, para que sirva a otros. Uno recibe
del Espíritu la merced de transmitir la sabiduría; otro por el mismo Espíritu
recibe la merced de transmitir experiencias; un tercero con el mismo Espíritu
la fuerza de la Fe, otro -siempre en el mismo Espíritu- el don de curar
enfermedades; otro, fuerzas milagrosas; otro, discursos profetices; otro, la
capacidad de diferenciar los espíritus; y otro también, diversas formas de
formular las palabras; finalmente otro, el don de presagiar. Todo esto lo
consigue un sólo y único Espíritu, que a cada uno otorga sus dones especiales,
según sus deseos."
Estas
manifestaciones y otras similares y las curas milagrosas de Jesús inspiraron al
doctor Usui a iniciar la búsqueda de esta fuerza divina. A través de sus
experiencias, los seres humanos pueden encontrar los fundamentos que les
permiten manejar nuevamente estas habilidades. En cada uno de nosotros yace la
fuerza para la autosanación, pero no tomamos conciencia de ello. Por ejemplo,
cuando nos golpeamos, una reacción típica es pasar la mano por el lugar donde
nos duele. Inconscientemente estamos aplicando el Reiki como autosanación y
este ejemplo nos muestra el efecto del mismo. Es la Energía Vital Universal que
fluye por nuestras manos. La iniciación nos permite el acceso a la energía del
Universo y actuamos como un canal que sigue transmitiendo esta energía.
Esta
fuerza afloja bloqueos psíquicos, que a menudo son la causa de malestares
físicos. Jesús realizó sus milagros perdonando primero los pecados, y así
desaparecía el sufrimiento del alma, que casi siempre era el responsable de la
enfermedad del cuerpo. Solo la percepción de que los seres humanos no lo
tomaban en serio, lo movió a agregar a la sanación del alma, que era invisible,
la sanación del cuerpo. El anunció el milagro, diciendo: "Yo lo lograré, para que todos sepan, que el hijo humano de Dios
tiene el poder de perdonar los pecados terrenales." Después se inclinó
hacia el paralítico de Kafarnaum y le dio su orden de sanación: ''levántate, toma tu cama y vete a
casa." El paralítico se levantó. Desde este momento Jesús fue aceptado
por la multitud como el espíritu de Dios.
Esta
escena demuestra claramente que los seres humanos no atribuían a Jesús como
persona la fuerza de la cura milagrosa, sino que reconocían que a través de
Jesús se evidenciaba el Espíritu Divino. Esto significa que Jesús fue aceptado
como un médium, es decir, como una persona que, con ayuda de Dios, era capaz de
curar enfermedades, un mediador entre la fuerza divina y los seres humanos. Así
lo entendió el mismo Jesús, porque así lo perfiló con sus propias palabras
(Juan, capítulo 14, verso 1O ss.): "Las
palabras que les digo no provienen de mí. El padre, que permanece en mí, lleva
a cabo sus obras."
Normalmente
las personas que creen en milagros son considerados "locos", pero los
milagros de la Biblia son aceptados. El doctor Usui acercó nuevamente a los
seres humanos la capacidad de manejar la fuerza divina en el mundo moderno.
Una de las muchas premisas para poder aplicar el Reiki es la iniciación que
solo puede otorgar un maestro. El maestro nos hace conocer la variedad de estas
posibilidades.
El
Reiki Grado I nos capacita a
ayudamos a nosotros mismos y a otros con la fuerza sanadora de nuestras manos.
En
el Reiki Grado II se fortalece esta
capacidad y recibimos la fuerza para la transmisión mental, para la cual no
importan ni el tiempo ni el espacio. La iniciación como maestro implica un gran
crecimiento personal en todos los niveles. Con ella, el maestro asume la
responsabilidad y la obligación de transmitir el Reiki.
Mi camino hacia el Reiki
Desde
el comienzo, mi interés se dirigió hacia la medicina. Después de concluir mis
estudios en la escuela especializada, me recibí de enfermera en pediatría.
Mientras ejercía mi profesión, llegué a la conclusión que la medicina
tradicional no representaba el único camino hacia la sanación y por este motivo
me capacité como terapeuta. Independientemente de mi capacitación clínica,
desde los 20 años me intereso en las terapias alternarivas. Al comienzo de los
años de 1980 tuve mis primeras experiencias con Reiki. Tenía un fuerte dolor de
cabeza y una amiga colocó durante unos minutos su mano sobre mi frente. Sentí
que me invadía una gran sensación de calidez y para mi gran sorpresa después de
unos minutos los dolores habían desaparecido. Mi amiga me explicó que estudiaba
Reiki, el poder sanador de las manos, y que quería probar sus habilidades
conmigo. Para mí, esto fue un poco inverosímil, pero por mis trabajos como
terapeuta fui conociendo más y más personas y así también fui encontrando
nuevamente el Reiki. Mi encuentro con Renate Kóhler, una maestra de Reiki, me
dio el estímulo final para comenzar mis investigaciones. Esta maestra llamó mi
atención sobre las fuerzas que yacían en mí y nos inició, tanto a mí como a mi
marido, en el camino del Reiki. Juntos obtuvimos la iniciación para el Grado I
y para el Grado II. Mientras yo me dedicaba más a mi profesión de terapeuta, mi
marido aprendió a suministrar Reiki en forma cada vez más intensa,
profundizando sus conocimientos. Su deseo de obtener la iniciación como maestro
fue cada vez más fuerte, ya que quena transmitir Reiki y enseñar a los seres
humanos a darle un sesgo más positivo a su vida. Después de su iniciación como
maestro, ambos impartimos seminarios. Mis deseos de iniciarme yo también como
maestra, me impulsaron cada vez más a trabajar con Reiki. Sentía cómo se
modificaba mi imagen del mundo y como adquiría cada vez más fuerza y energía
interior. Después del aprendizaje, mi marido me inició como maestra y esta
iniciación cambió mi vida en forma positiva. Deseo a todos los seres que tengan
la experiencia que he adquirido. Este deseo es el que me motivó a escribir este
libro.
Brigitte Glaser
______________________________________________________________
CHO KU REI.
El Cho-Ku-Rei es el símbolo de la energía, es conocido como “el interruptor” porque abre el paso al flujo de la energía. Su misión es la de multiplicar el caudal de energía que canalizamos. De tal forma que cuando dibujamos un Cho-Ku-Rei, pasamos a trasmitir muchísima más energía. También es el símbolo de la protección, el símbolo de la potenciación y el símbolo de antifugas energéticas. Su nombre significa: “el poder está aquí”, “llamo a la energía divina aquí y ahora”, “la Energía está aquí”, “ven Energía” y “deposita la energía aquí”. Cuando trazamos Cho-Ku-Rei, lo que hacemos es enviar la energía al plano físico, es decir, al cuerpo físico de la persona.
Este símbolo actúa especialmente sobre los tres primeros Chakras, activándolos y potenciando su armonización. Cuando tratamos con Chakras, nos podemos imaginar el Cho-Ku-Rei con el color de cada Chakra. Su color es el dorado preferentemente, ya que éste es el color de la proteción. Si realizamos curaciones emocionales, podemos dibujar el Cho-Ku-Rei en el Chakra del Corazón de color rosa. Para meditaciones o procesos espirituales lo visualizaremos de color blanco o violeta.
Es un símbolo que deberíamos de utilizar al principio y al final de cada sesión. Al principio, nos podemos hacer un Cho-Ku-Rei a cada mano, para potenciar la energía que canalizamos. Al trabajar con pacientes podemos hacer un Cho-Ku-Rei gigante sobre el mismo o trazar un Cho-Ku-Rei en el Chakra Corona e imaginarnos como éste entra por el Canal Central, potenciando así la sesión. Una vez hemos terminado la sesión, dibujaremos un Cho-Ku-Rei muy grande sobre el paciente. De esta forma, estaremos concentrando la energía que hemos canalizado sobre el paciente e impidiendo que ésta se disipe o que se produzca algún tipo de fuga energética.
Para protegernos de las energías negativas que se pueden desprender de un tratamiento a otras personas, nos podemos dibujar un Cho-Ku-Rei grande en nosotros mismos, o dibujarnos un Cho-Ku-Rei en cada uno de nuestros Chakras. De esta manera el Cho-Ku-Rei hará de escudo delante de estas energías. Otro uso del Cho-Ku-Rei es el de potenciar a los otros símbolos. Trazado después de un símbolo actúa potenciando el símbolo y protegiéndolo, de esta manera el otro símbolo aumenta su eficacia.
El Cho-Ku-Rei se puede dibujar en los dos sentidos. Haciendo la espiral en sentido horario o antihorario de lo que hablaremos en siguientes artículos de las particularidades de los mismos.
De: Terapias del Alma
El Cho-Ku-Rei es el símbolo de la energía, es conocido como “el interruptor” porque abre el paso al flujo de la energía. Su misión es la de multiplicar el caudal de energía que canalizamos. De tal forma que cuando dibujamos un Cho-Ku-Rei, pasamos a trasmitir muchísima más energía. También es el símbolo de la protección, el símbolo de la potenciación y el símbolo de antifugas energéticas. Su nombre significa: “el poder está aquí”, “llamo a la energía divina aquí y ahora”, “la Energía está aquí”, “ven Energía” y “deposita la energía aquí”. Cuando trazamos Cho-Ku-Rei, lo que hacemos es enviar la energía al plano físico, es decir, al cuerpo físico de la persona.
Este símbolo actúa especialmente sobre los tres primeros Chakras, activándolos y potenciando su armonización. Cuando tratamos con Chakras, nos podemos imaginar el Cho-Ku-Rei con el color de cada Chakra. Su color es el dorado preferentemente, ya que éste es el color de la proteción. Si realizamos curaciones emocionales, podemos dibujar el Cho-Ku-Rei en el Chakra del Corazón de color rosa. Para meditaciones o procesos espirituales lo visualizaremos de color blanco o violeta.
Es un símbolo que deberíamos de utilizar al principio y al final de cada sesión. Al principio, nos podemos hacer un Cho-Ku-Rei a cada mano, para potenciar la energía que canalizamos. Al trabajar con pacientes podemos hacer un Cho-Ku-Rei gigante sobre el mismo o trazar un Cho-Ku-Rei en el Chakra Corona e imaginarnos como éste entra por el Canal Central, potenciando así la sesión. Una vez hemos terminado la sesión, dibujaremos un Cho-Ku-Rei muy grande sobre el paciente. De esta forma, estaremos concentrando la energía que hemos canalizado sobre el paciente e impidiendo que ésta se disipe o que se produzca algún tipo de fuga energética.
Para protegernos de las energías negativas que se pueden desprender de un tratamiento a otras personas, nos podemos dibujar un Cho-Ku-Rei grande en nosotros mismos, o dibujarnos un Cho-Ku-Rei en cada uno de nuestros Chakras. De esta manera el Cho-Ku-Rei hará de escudo delante de estas energías. Otro uso del Cho-Ku-Rei es el de potenciar a los otros símbolos. Trazado después de un símbolo actúa potenciando el símbolo y protegiéndolo, de esta manera el otro símbolo aumenta su eficacia.
El Cho-Ku-Rei se puede dibujar en los dos sentidos. Haciendo la espiral en sentido horario o antihorario de lo que hablaremos en siguientes artículos de las particularidades de los mismos.
De: Terapias del Alma
No hay comentarios:
Publicar un comentario